La cuenta regresiva sigue su marcha. A nueve días de terminar la que será considerada la administración municipal de Solidaridad, con más actos de corrupción y complicidades, las autoridades electorales siguen confirmando el triunfo de Lili Campos.
En esta semana, se espera la última estocada para Laura Beristain, que vendrá de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Pero mientras tanto, los negocios de la familia Beristain, están saliendo a flote. Conforme van perdiendo poder, su misma gente está señalando dónde está la cloaca.
Por más obstáculos que busquen poder en el proceso de entrega recepción, muchos de los ahora involucrados y cómplices de los saqueos, con seguridad no pasarán la Navidad y las fiestas de Fin de año en sus casas.
Durante octubre y noviembre, las auditorías a cada una de las áreas administrativas del Ayuntamiento, arrojarán las irregularidades que prevalecieron por tres años de saqueos encubiertos.
Los funcionarios que firmaron contratos y adjudicaron de manera directa a los “proveedores” obras y servicios por millonarias sumas, sin la rúbrica de Laura Beristain, en verdad “cavaron” su propia celda.
Los titulares de las instancias municipales que debieron cuidar y alertar cualquier acto de corrupción, pero prefirieron quedarse callados, saben que la omisión también es delito.
Cuando empiecen a caer las primeras cabezas de exfuncionarios, ante la Fiscalía Anticorrupción, también se conocerá que de alguna u otra manera, estaban vinculados como familia a los Beristain.
A la larga lista de delitos cometidos, también se sumará el nepotismo, porque fue un gobierno lleno de familiares dispuestos a pagar las cuotas que les exigieron para permanecer en los cargos.
El gobierno que agoniza fue el primero de la 4T, en Solidaridad, al que faltó oficio y transparencia. Que los postulados del presidente Andrés Manuel López Obrador, de no robar, no mentir y no traicionar, fue letra muerta para los hermanos Beristain y sus cómplices.