Espectáculos.- En la gala preliminar de Miss Universo 2025, celebrada en Tailandia, uno de los momentos más comentados fue la aparición de Miss Noruega, Leonora Lysglimt-Rødland, luciendo un traje típico inspirado en un salmón gigante.
El atuendo de Noruega no pasó desapercibido: contaba con una estructura voluminosa en tonos naranja cobrizo, con textura de escamas para imitar un salmón. Al abrirse, revelaba un enterizo transparente con detalles metálicos que simulaban las espinas y la carne del pez.
Detrás de este disfraz hay una intención simbólica: la representante noruega y su equipo explicaron que el traje busca destacar la importancia del salmón como recurso cultural, económico y ambiental de su país. Además, se trata de una llamada de atención sobre la pesca sostenible y la preservación de los ecosistemas marinos.
Las redes sociales se llenaron de opiniones divididas. Algunos internautas celebraron la valentía de Leonora por escoger un diseño tan original y con significado:
“Miss Noruega merece ganar solo por tener los huevos de vestirse de salmón”
Otros, en cambio, criticaron el atuendo por considerarlo poco elegante o más cercano a un disfraz que a un traje típico de certamen: hubo quienes lo compararon con una “sardina” o con productos de supermercado.
Más allá de la polémica, el traje de salmón de Leonora ha logrado algo evidente: no ha pasado desapercibido. Para muchos, representa una forma creativa de hablar de sus raíces noruegas y de la responsabilidad ambiental. Para otros, podría romper los límites de lo que tradicionalmente se considera “traje típico” en concursos de belleza.
Lo que sí está claro es que, en Miss Universo, la pasarela de trajes nacionales dejó de ser solo un desfile estético y se convirtió en un escenario para contar historias, provocar reflexiones y generar conversación global.
Por Mesa de Redacción