Cancún.- En una protesta pacífica frente a las oficinas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Cancún, activistas de Greenpeace México hicieron un llamado urgente a frenar la devastación ambiental provocada por el modelo extractivista que se ha intensificado con la construcción del Tren Maya.

Durante la acción directa no violenta, los manifestantes llevaron hasta la sede de la dependencia federal bloques de Sascab (material pétreo extraído de bancos en toda la región) como símbolo de la explotación masiva del territorio. Señalaron que la selva ha sido severamente afectada por la deforestación, el uso de dinamita para remover roca, y la extracción indiscriminada de recursos naturales.

La organización ambientalista denunció que, a pesar de que el predio de Calica fue declarado área natural protegida hace más de un año, el modelo de devastación continúa. Ejemplo de ello, dijeron, es la reciente autorización otorgada por la Semarnat a la empresa Cemex para instalar una nueva sascavera cerca de Tulum, lo que podría destruir una superficie comparable con la mitad de Calica.
Además del daño evidente a la flora y fauna, los activistas advirtieron sobre los riesgos que corre el acuífero subterráneo de la península de Yucatán, el más grande del país, que se encuentra directamente amenazado por estas actividades industriales.

“Ni una Calica más en la selva Maya”, fue la consigna principal de la protesta. Greenpeace pidió a las autoridades detener la permisividad hacia proyectos que promueven el extractivismo, como el Tren Maya, y convocó a la ciudadanía a sumarse a la campaña “México al grito de selva”, firmando peticiones y exigiendo acciones reales para la protección del ecosistema.